domingo, 24 de marzo de 2013

Remordimientos.

Miraba mi reflejo y todo se desvanecía. Llegaba mi final. Veía como las gotas de lluvia desfiguraban mi cara en el reflejo del cristal. Sentí como mi vida cambiaba, como yo cambiaba. Ya nada sería lo mismo después de aquello. Me perdí a mi mismo. Pude ver como desaparecía toda esperanza. Ya no quedaba nada. Me di la vuelta  y caminé lentamente hasta la salida, abrí la puerta y salí sin mirar atrás. Marché dejando un rastro de pruebas tras de mi. Pronto acabaría mi camino. Por la mañana muchas sirenas sonaban cerca. No me resistí, sabía que no tenía perdón. Me arrodillé y levanté las manos. Después de eso, como se esperaba, pasé mi vida encerrado. Era lo menos que podían hacer. Por suerte, no me queda mucho tiempo de vida ya. Deseo que todo acabe. Desde aquel entonces no he podido dormir una sola noche tranquilo. Desde aquel entonces, siempre sueño con fuego.

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