En mi penúltima entrada hablaba sobre cómo alcanzar la
calma, y decía que una buena forma de comenzar era viviendo en el momento
presente. Es cierto, sigo manteniendo dicho consejo, pero hay algo que debería
añadir como paso previo a dicha práctica. Se trata de apartar todo aquello que nos
cause estrés; actualmente, las redes sociales son una de las causas por las que
sentimos en muchas ocasiones nerviosismo, así que dejar el móvil a un lado y
salir a dar un paseo podría ayudarnos de forma considerable a relajarnos en
determinados momentos. Sea cual sea el estímulo que te incomode, tu mente
necesitará deshacerse de él para alcanzar la calma. Una vez consigas un poco de
calma, la demás vendrá más fácilmente en la medida que continúes con la
práctica.
Los momentos perfectos para comenzar a intentar mantenerte
en el momento presente son esos en los que empiezas a relajarte. Costará mucho
al principio, pero lograrán ser alguien nuevo si poco a poco consiguen
controlar lo que pasa por sus mentes. Todos sabemos que hay ciertas cosas que son
inevitables pensar o que tal vez se te vienen repentinamente a la cabeza, pero
no se trata de no pensarlas; como leí hace muy poco, se trata de saber manejar
los pensamientos (siendo algunos dañinos) para que no te causen dolor. Por eso,
para ganar tal control, debemos empezar desde cero.
En definitiva, antes de centrarte plenamente en lo que haces
en este preciso instante, en aquellos casos en los que te sientas frustrado,
nervioso o ansioso, busca algo que te distraiga y por consiguiente relaje. Una
vez alcances el control sobre este estado podrás seguir mejorando poco a poco
intentando centrarte en el aquí y ahora.
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