He idealizado miles de momentos para descubrir que ninguno
nunca ha sido ideal. He imaginado situaciones y una vez tras otra he despertado
como si de sueños se tratase. Después de todo aprendes a vivir lo que realmente
tienes sin esperar nada más. Así te llevas sorpresas y disfrutas de cada
segundo sin pensar qué ocurrirá después.
Es necesario equivocarse para aprender, no hay que temerle a
eso. Aunque no lo crean, a veces, todo cuanto ocurre te dirige hacia el lugar
que te corresponde, un buen lugar para ti.
Como se suele decir, no piensen tanto y sientan lo que viven
ahora.
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