domingo, 18 de febrero de 2018

Vida

Nostalgia tintada en tonos verdes,
un barco en la lejanía sobre el Océano Atlántico
y un ave que observa las mantas de margaritas.

Una respiración profunda llena de vacío que quiere ser
llenado y que pronto dejará de serlo;
un juicio con mucho ruido que sueña
ser silenciado.

Un círculo que lucha por ser vicioso que será línea recta
al fin,
una vida llena de búsqueda que será encuentro propio
e independencia infinita.

Un camino pedregoso cubierto por la lluvia que le dará
vida a la vida,
un oasis para el descanso,
una pausa al andar desordenado del tiempo.

Un silencio revelador que acabará con el ruido,
una noche en calma en una cama cansada de no aportar descanso
que por fin cerrará los ojos de quien no ha podido parar
de pensar.

Un final y un nuevo comienzo,
mil oportunidades de empezar,
un solo sueño cumplido que reemplazará
a todos los demás.

Una forma de encontrar la verdad entre tantas nubes
y descubrir que sigue habiendo cielo aunque
no lo podamos ver.

Un cielo y millones de estrellas…
Millones de estrellas y uno mismo…


Uno mismo y una vida que vivir.

domingo, 4 de febrero de 2018

Sobre el lienzo

Aún sigo investigando la forma para llamar 
tu atención.

Puedo escribir durante horas para encontrar el modo
de arrancar un saludo de esa boca a la que le robaría
el aliento mientras mis dedos sangran todo lo que querrían
gritarle al viento para que lo llevara hasta ti.

Mi voz ha quedado desgarrada tras tanto pronunciarte
y mis labios saben a tus besos sin haberte besado
antes.

Mis huesos tienen tu nombre tatuado por el modo
en el que me has calado y mi sangre ya es tuya;
la derramaré por ti cuando la vida te pese tanto que no puedas
sostener el llanto.

Mis fuerzas solo me piden sujetarte, el resto de mi vida,
para ayudarte a coger impulso y llegues a tu lugar
junto a las demás estrellas.

Desde que te conocí fui consciente de tus alas
y descubrí un milagro,
uno que ni siquiera tú habías visto al mirarte
en el espejo.

No he podido parar de dibujarte en mi mente,
tan perfecta y única,
rasgando el papel que me separa de la cordura
y al verte he querido huir para siempre
de todo aquello que me mantenía atado
al suelo;

desde tu altura el mundo se ve más bello.

Va a costarme abrir la coraza que nos separa,
llegar a lo más hondo de la montaña
y encontrarte vulnerable, como yo, y queriendo
sentir el amor que hace tiempo no sentimos.

Va a costarme encontrarte y tal vez no lo haga,
es posible que no lo logre nunca,
pero algo de ti me impide detenerme
y me tiene como un esclavo.

Estoy atado de pies y manos a tu forma de ser
y la vida se agotará, lo sé, estoy seguro,

mientras sigo el rumbo que tus pasos han dibujado
sobre el lienzo.