Nostalgia
tintada en tonos verdes,
un barco en
la lejanía sobre el Océano Atlántico
y un ave que
observa las mantas de margaritas.
Una
respiración profunda llena de vacío que quiere ser
llenado y que
pronto dejará de serlo;
un juicio con
mucho ruido que sueña
ser
silenciado.
Un círculo que
lucha por ser vicioso que será línea recta
al fin,
una vida
llena de búsqueda que será encuentro propio
e
independencia infinita.
Un camino
pedregoso cubierto por la lluvia que le dará
vida a la
vida,
un oasis
para el descanso,
una pausa al
andar desordenado del tiempo.
Un silencio
revelador que acabará con el ruido,
una noche en
calma en una cama cansada de no aportar descanso
que por fin
cerrará los ojos de quien no ha podido parar
de pensar.
Un final y un
nuevo comienzo,
mil
oportunidades de empezar,
un solo
sueño cumplido que reemplazará
a todos los
demás.
Una forma de
encontrar la verdad entre tantas nubes
y descubrir que
sigue habiendo cielo aunque
no lo
podamos ver.
Un cielo y
millones de estrellas…
Millones de
estrellas y uno mismo…
Uno mismo y
una vida que vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario